· Medio kilo de patatas.
· 3 o 4 chorizos caseros (de los de barbacoa)
· Una cebolla grande.
· Un frasquito de carne de pimiento choricero.
· Agua, aceite y sal.
Preparación:
En una cazuela ponemos a sofreír la cebolla bien troceadita, la carne del pimiento choricero y los chorizos, partidos en rodajas de aproximadamente centímetro y medio.
Una vez que tengamos el sofrito a punto, añadimos las patatas que iremos troceando sobre la olla, tronchando al final del corte, para que suelten el almidón que nos ayudará a espesar el caldo. Dejamos sofreír un ratito.
Vamos removiendo las patatas con el sofrito. Una vez que las patatas hayan cogido color, cubrimos con agua totalmente.
Vamos removiendo y mantenemos a fuego medio-alto para que el caldo vaya evaporando y espesando. El almidón de las patatas hará el resto.
El resultado final, y la sugerencia de emplatado, es la siguiente:
Este plato, todo contundencia, es ideal sobre todo para la temporada de otoño-invierno. Es, a pesar de su sencillez, un manjar exquisito que encantará a cualquiera a quien queráis invitar a comer.
A pesar de que los entendidos recomiendan servirlo con un tinto joven del año, a mí personalmente, este plato me parece que va mejor maridado con un vino rosado.
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